Somos el sueño de Visnú
quien al soñarnos se desvanece en una
multitud de imágenes
una ilusión óptica fugaz y eterna como la luz.
Somos el aliento de Jehovah quien predijo
el fin antes de la fundación, siendo sus títeres
en esta tragicomedia llamada humanidad.
Somos una chispa que transmigra de cuerpo en
cuerpo por toda la eternidad, tomando todas
las formas que habitan en el cosmo.
Somos la suma de múltiples selecciones en la
lucha por la vida que nos hace caer del árbol y
descender del mono, materia desechable y
perenne
Somos un videojuego de un Dios perdido
en las inmensurables profundidades
del vacío.
Somos la nada y el todo, fugaz en esta
pantalla llamada tierra y eterna como un fotón
que recorre el universo
Somos los que soñamos a Visnú y al soñarla
soñamos que ella nos sueña y desde un sueño
solitario soñamos que poblamos al universos
de colores y materia.
Somos el jugador que juega el videojuego y a
la vez la imagen que proyecta la pantalla
Soñamos nuestra primacía como especie y que
descendemos de algún Dios o de un extraterrestre
para poblar un sueño solitario que somos de otros
sueños que soporten este viaje fugaz y eterno de
soledad.
Quien sueña a quien
quien duerme esta vida llamada soledad
que nos despierta cuando la noche llamada
muerte desconecta el videojuego y un espacio
que es el olvido llena nuestro vacío en un adiós
eterno.
Somos adán que para poblar su finitud creo un
Dios que le diera eternidad y para sentirnos importantes
nos inventamos la idea de libre albedrio y de
semejanza con la deidad.
Somos todos los dioses y el vacío, un accidente
de polvo cósmico, un fotón perdido, un olvido
un adiós, la nada hecha vacío, un instante cósmico
la pesadilla de un Dios, el anti paraíso.