Carlos Eduardo

EL PARAÍSO

 

¡Qué duda cabe!

 

¡Tú lo eres!

 

La poesía que escribes,

tiene tu belleza,

perfume, colores, alma;

el tinglado del universo brilla

por tu presencia,

magia ebria de tu dulzura.

 

El Parnaso te llama,

los laureles te acomodan;

la palabra como punto cardinal,

torrentes de estrellas,

galaxias en fuga,

sonidos de Bach,

nocturnos de Chopin,

sinfonías de

Beethoven y Mahler,

el pueblo ama a sus poetas,

Pushkin, Neruda.

 

Sublime.