Él tenía,
una gota de silencio rojo,
decía que le servía para amar,
un sueño sin contar,
le gustaba el mar
y mi modo de hablar.
Él contaba las horas, confundiendo uno, dos, tres elefantes y
volver mil veces a empezar..
Presagiaba el futuro, y yo lo cumplía para él.
Vivía en la música de las cosas calladas,
en la sombra redonda de una taza de té,
dibujaba con sus dedos
la forma exacta del viento
cuando se escapaba de mi pelo.
Él tenía
la ternura de los que no preguntan,
el fuego suave de las palabras encantadas,
un reloj sin manecillas,
y la promesa de acurrucarse en mis pestañas.
Me miraba
como si el mundo aún pudiera salvarse,
como si el amor
fuese un hilo de agua clara
corriendo entre dos manos.
Y yo,
yo aprendí a respirar en su silencio.
Aprendí a soñar en su melodía de príncipe singular.
P.SABAG.SAFECREATIVE