Cuando cae el silencio sobre mi nombre,
y el mundo apaga sus luces,
¿quién queda despierto dentro de mí?
Soy más que el eco de los otros,
más que la imagen que devuelven los ojos ajenos.
Soy la duda que arde en el pecho,
la voz que no calla ni en sueños,
el caminante sin mapa ni meta,
que sigue andando
por miedo a detenerse.
¿Dónde termina el alma
cuando el cuerpo ya no basta?
¿Y qué somos, sino preguntas
que nadie se atreve a responder?