No tengo dudas que el tiempo
imita a Dios,
sé que está presente en el universo entero,
y no puede ser de otro modo,
no vuelve atrás,
imperceptible,
vive en y con nosotros;
la imaginación, la memoria, la inteligencia,
la vida, la materia, la energía
deudores permanentes de los momentos;
sucesos, mutaciones, movimiento
anclados a la duración;
y se dice de Dios ser eterno,
como si estuviese contenido
en el recipiente del tiempo.
Dios es inmanente, trascendente,
el creador;
sin embargo, requiere de instantes.