Siento que el aire aplasta mi pecho
Y que a mi alma la invade el silencio
Quiero encontrar ese amor tan perfecto
Aquel que, parece, solo existe en mis sueños
Mas por más que trato e intento, no avanzo
No se si tal vez yo soy muy extraño
No se si tengo un acento marcado
O si Venus de mí se ha olvidado
Y aunque guarde el alma como un tesoro,
Nadie se queda a mirarla de cerca.
Me rozan, sonríen… pero en el fondo
Huyen del fuego que el pecho conserva.
Me canso de dar, me canso de ser
La historia fugaz que nadie recuerda.
Quisiera tan solo dejar de doler,
Dormir sin pensar en que todo se quiebra.
¡Oh, dioses!, ¿por qué me abandonan?
¿Los ofendí?, ¿Por qué no perdonan?
¿Por qué a mis amigos los han de ayudar?
Los veo tan felices, tan juntos, sin mal...
Envidia le tengo a la mitad del mundo
Pues les han otorgado un amor que es suyo
Pero en mi caso, he perdido el orgullo
La fe y la esperanza de encontrar un arrullo
He dado mi alma, he escrito mil versos,
He amado a los otros más que a mí mismo.
Y aún así, el destino, cruel y perverso,
Me lanza de nuevo hacia el mismo abismo.