José Fas Fonfría

GRITOS Y MÁS GRITOS

GRITOS Y MÁS GRITOS

Nuestro vivir diario es un martirio.
Siempre discutiendo, siempre chillándome.
Día sí y día también, nunca estás de acuerdo
con lo que digo, ni con lo que hago.

Y sabido es que no siempre está la razón,
en poder de quien levanta más la voz,
en poder de quién más chilla y gesticula.

Nunca han estado emparentadas la razón
y la cordura… con los gritos más fuertes,
y a veces… mal sonantes, y obscenos.

Tú que eres universitaria, no me dirás
que lo aprendiste allí, que era una de
las asignaturas el chillar e insultar.

Yo no tengo estudios, pero tengo sentido
de sensatez, cordura y respeto con mis
semejantes, y me enferman tus gritos.

Ninguno de los dos somos sordos.
Por lo que nos podríamos decir las cosas
despacio y con más dulzura y educación.

Otra cosa es que te hayas cansado ya de mí,
eso te daría motivos para actuar como actúas,
pero, no te da derecho a faltarme al respeto.

Si ya no me quieres, si deseas cortar la relación
dilo claro, me dolería mucho, porque tu para mi
lo eres todo, pero lo aceptaría si es por tu bien.

En cada escena tuya de chillidos locos y grotescos,
se te nota al terminar, una cierta pena, lo que
me hace creer, que te arrepientes de tus actos.

Y cuando me acerco a ti para interesarme,
no quieres hablar, no me quieres decir los
motivos de tus reacciones tan alocadas.

Me duele mucho verte así, tan abatida,
nunca olvides que puedes contar conmigo
para todo lo que necesites y te haga falta.