Canción original del Brasileño Chico Buarque
I
Son manos de grieta y madrugada,
de pan sin manteca y sudor sin nombre,
las que elevan el día como andamio,
las que cosen la luz en los telares
y siembran el trigo que no probarán.
II
Manos que no caben en los discursos,
ni en las vitrinas del poder,
pero que dan forma al mundo
como arcilla viva en silencio,
sin firma, sin aplauso, sin reposo.
III
Cada edificio que toca el cielo
tiene sus huellas en los cimientos,
cada túnica del lujo
lleva puntada oculta
de dedos que sangran sin testigo.
IV
No heredarán la tierra que labran,
ni habitarán las casas que erigen.
Son los músculos del milagro moderno,
y aún así,
duermen en esquinas que no soñaron.
V
El progreso huele a aceite y a cal,
a metal caliente y espaldas torcidas,
pero en los altares del banquete
no hay sitio para los que lo sirvieron.
Solo migas, y a veces, ni eso.
VI
Y sin embargo, siguen.
Porque hay dignidad en la herida limpia,
en la jornada que no claudica,
en saber que el mundo se derrumbaría
si un solo día esas manos decidieran
cerrarse, y no abrirse más.
JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados / mayo 2025.