Que por mayo era, por mayo,
así es como empieza el vero
romance del prisionero,
escrito hace muchos años,
sobre un ser que malvivía
en una horrenda prisión,
sin notar la transición,
siquiera, entre noche y día.
Me resulta inevitable
ver cierto paralelismo
de ese ser conmigo mismo,
en época lamentable
y por mayo fue, por mayo,
cuando aparte de las rosas,
florecieron otras cosas
que muchas otras cambiaron.
Si, tras vivir dando tumbos,
con recuerdos que te afligen,
se te aparece la virgen
un día y te cambia el rumbo,
es para estar encantado,
además de agradecido
al azar que ha decidido
que tu vida haya cambiado
para bien, desde el abismo;
en mi caso, la fortuna
fue encontrarme con alguna
persona y conmigo mismo,
así que me felicito
por ser tan afortunado
de haber por fin encontrado
disfrute y paz, por bendito
azar que, todo al contrario
que al preso, cambió mi vida
de la oscura noche al día
y por mayo fue, por mayo.
@ Xabier Abando, 02/05/2025