Diligente mente casi ya desquiciada baila
sobre la comisura de una sonrisa amarga
como desfiladero donde cae precipitada
hacia el hondo hueco que corinda con la nada
Y gime estridentemente calcinando fogatas
al fluir vertical mientras piensa en esta soledad
que tanto la acompaña cuando, descorazonada
aparente, carente de pausa late, la verdad
Ansias contenidas en la punta de una mirada
que excruta la profundidad oscura y vaga
más ayá, donde ninguna palabra, ni aire,
sino soledad, como presencia acompañante,
dedicada a consagrarme cada instante,
deseando alegrar mi cara con su máscara
mientras baila ocultando una sonrisa amarga