Pensando en todo y en nada,
como lluvia sin caer,
mi mente va por caminos
que no sé cómo entender.
Recuerdo cosas calladas,
momentos que ya no están,
y en mi pecho se dibuja
un silencio sin final.
A veces pienso en la vida,
en lo que fui y lo que soy,
en lo que no me dijeron
y en todo lo que dolió.
Pensar me deja cansado,
pero también me da paz,
porque al fondo de mí mismo
hay un fuego que no se va.
Y aunque me pierda a ratos
entre dudas y dolor,
al pensar también me encuentro,
y me abrazo con amor.