A PRIMERA HORA
En días alternos a lo largo del mes
me enfrento temprano a la cuesta arriba,
al camino de piedras sueltas, saltarinas
y sumamente resbaladizas, y al cabo
de media hora
ya me desplazo sobre la siembra que a despuntar comienza,
doy unos pasos sobre el verde
y acelero enseguida con el fin de recorrer
todavía mayor distancia,
por el deseo, tal vez,
de revelar sus secretos al mundo, y de recuperar
el pasado pletórico de la meseta castellana.
El estudio minucioso de la mañana fresca, radiante,
y el crecimiento continuo de las especies
hasta más allá del horizonte
húmedo todavía.
Gaspar Jover Polo