Esperad al condenado horror
Aborrecida blasfemia exaltada,
Rezad al señor emperador
Tu, luz del alba conquistada.
Somos sus benditos peones
Muertos por su gloria coronada,
Somos sus elegidos fieles
Unidos por su sangre derramada.
Somos las nubes alrededores
Del temor do el mal florezca,
Pues por su reino de eones
Que nuestra lealtad no perezca.
¡Ave imperator!
Ave blanca cual luz esmeralda,
¡Vivat damnator!
Dominador del alba condenada.
Que los cranes a ti te condecoren
Como filosofo de lo por saber,
Que los muertos a ti te veneren
Como la divinidad por temer.
Pues tu oh, señor del estandarte
Eres redentor de cada alma,
Pues a ti oh, Omega omnipresente
Pido perdón que mi ser clama.
Pues tu dulce voz cual olivo
Mengua mi ira embravecida,
Pues cual mar del olvido
Mi alma ya ha sido vencida.
Espero tu bendición eterna
A la cual de mi ser tu privas,
Espero tu verdad perpetua
De tu dulce mano bendecida.
Las rodillas a mí me calan
Mas mí fe no se opaca,
Mas los días a mí me cantan
Mi final en franja hondada.
Oh, mi aclamado santo padre
¿Sigues tú, oyendo mi plegaria?
Oh, alabado señor de muerte
¿Esta no fue tu voluntad callada?