(SEDIENTOS DEL ANTÍDOTO)
Perdono a tu mano,
niego la rabia.
Abro los ojos.
Espero.
(DESARROLLABAN EL ANTÍDOTO)
Me fundo en tu pecho.
Busco entre el pulso dormido.
Extraigo la carne.
Hablo.
(TRANGÁNDOSE EL ANTÍDOTO)
Pierdo mi cuerpo.
Soy tu carne.
Dos lenguas, dos caras, dos cuerpos.
Espero.
(MURIENDO POR EL ANTÍDOTO)
Chupo mi sangre.
Lamo tu nombre.
Chillo en tu cuerpo.
PREGUNTO POR EL ANTÍDOTO.
RESPONDES: “...”