TIJUANO DE BRAVO

EL SIMÓN


Se fueron, me dejaron cuidando del SIMÓN, si ni era mío, pero llegué quererte como si lo fueras, por qué en esta soledad me hacías compañía.

 

Era tuyo mi querida esposa y tuyo mi querida hija, por qué a mí ni siquiera me quería, que hasta el desdén me hacía cuando todos éramos familia.

 

Té recogieron de cachorro, haciéndote feliz en un evento de la vida, lo alimentaron, le dieron cariño e hicieron de nuestro hogar su casa y en su partida se olvidaron del afecto que les daba.

 

Con la alegría que ese perro fiel las esperaba, más preciso que un reloj de suiza,una que llegará del trabajo y otra de la escuela, en su pena solo mostró gemidos de que las extrañaba.

 

Me esperó en la puerta con sus ansias y me despidió ladrandome por las mañanas, pero en el fondo se que extrañabas a tus amas, yo solamente por las madrugadas y al anochecer cuando me tomara unas copas pa\' olvidarlas.

 

Pero ahí estabas acompañándome con tus tristes miradas, qué no hacían otra cosa qué volverme a recordarlas pinche SIMÓN si no eras mío, eras de tus dueñas y ellas por ahí estarían agusto en alguna parte de Tijuana.

 

En una triste tarde de verano, quizás por viejo o por el abandono qué sufrías, quizás porque al igual que yo las extrañabas, en ése corazón tan grande que tenías, ya no resistió más su apatía, mendigo SIMÓN si no eras mío, con mucho dolor en el alma preparé tu mortaja, como te extraño ahora que estoy solo en esta casa abandonada por tus amas.