Elizabeth A. Navarro

Encuentro de Verso y Destino

Lo vi sin buscarlo,
como tropiezan los versos en una hoja en blanco,
como se cruzan los sueños
en la esquina más callada del alma.

Era un hombre de palabras suaves,
misterioso,
envuelto en lirios de metáforas
y silencios que hablaban más que el viento.
Lleno de poesía,
despertó en mí la melodía olvidada,
la misma que vibra
cuando mi canción favorita acaricia el alma.

Conectamos,
como la luna con su cortejo de estrellas,
como el sol rindiéndose sobre un mar de verano,
como un sueño de amor
que aún no sabe si es real o deseo.

Y yo,
que guardaba mi corazón en papel reciclado,
me descubrí niña,
mariposa sin mapa,
enamorada de la tinta de su voz,
del ritmo secreto de sus miradas.

Él no lo sabe o sí lo siente
que lleva en su sombra
la clave de una sinfonía
que solo mi alma reconoce.