Oculto, tras la colina
se adivina un sol radiante,
un amanecer brillante
emerge tras la neblina.
Quise ver desde la altura
el mar, en la lejanía,
más nunca imaginaría
contemplar tanta hermosura.
Fascina su inmensidad,
sus múltiples tonalidades,
al presenciarlo, te evades
de esa mezquina ansiedad.
Allí el sonido del viento
es como un dulce cantar,
te invita a reflexionar,
suena a puro sentimiento.
Con la vista en lo infinito
perdida en el horizonte,
busco en la paz de ese monte
la quietud que necesito.
Classman