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Dicen, qué bien el progreso,
y por razón, como modo,
se automatiza ya todo
bajo el son de reemplazar.
Lo que es vetusto no vale,
y no es útil ya lo viejo
pues se receta en consejo
que hay que usar y tirar.
Lo pasado se desecha
si no es útil al momento,
si no produce argumento
o rápido se aprovecha.
Es real y no es sospecha
que en valores altozanos
ya no existen besamanos
a la experiencia calmada,
y por ley de la manada
se desecha a los ancianos.
La solución va en avance
con la nueva inteligencia,
no hace falta la experiencia,
ya no hace falta escuchar.
El tiempo va muy deprisa
y lo anciano es obsoleto,
es ya lo anciano un boleto
que hay que usar y tirar.
De chiquita me decían
de escuchar a mis mayores,
los mejores profesores
que siempre comprenderían.
Allí estaban, nunca huían
dispuestos para enseñar,
el ángel particular
con besos para velarte,
pero hay un nuevo estandarte
que ya no quiere escuchar.
No se atiende a los ancianos,
la voz buena no habla ahora,
habla la computadora
de la cual no hay que dudar.
Ya no se atiende a lo viejo,
la experiencia con ternura
es la cansada figura
que hay que usar y tirar.
No quiero llegar a vieja,
espero joven quedarme,
no tener que desolarme
al no encontrar una oreja.
La vida torna compleja
sin tener las enseñanzas
de arrugaditas semblanzas
que en su mejor intento,
podrán predicar al viento
para hablarle de esperanzas.
Jhet