Princesa.
Otoño trajo consigo
otro sin fin de hojas secas,
una blusa color trigo
y tus mejillas llenas de pecas.
Prepare té,
abrí la ventana
y te esperé.
Te escribí canciones
mal escritas,
por si resucitas,
ya tengo opciones.
Te llamaré princesa
y seré tu noble.
Tengo que ser un roble,
pero no pierdo la delicadeza.
Y hasta el fin
del invierno
te traerá el viento
y me llevará a mí,
lejos de ti.
Y hasta el comienzo
de la gran primavera,
volveré, y florecerá
el olvido en un hermoso
rezo.
Y en verano la nobleza
se volverá peón,
y la princesa
volverá al panteón.