En un bar anodino,
estoy conversando un rato largo,
con lo que hallo,
ya sea palabra o arrebato...
Tan borracho de tiempo
y de mal vino,
que por eso escribo
con el maridaje del olvido...
Y al hueco redondo exclamo,
llenando el vaso,
que a todo punto suspensivo,
sin nombre le concibo...
Pues solo pienso,
en mirar siempre directo,
a este dolor imposible de habitarlo,
a mi copa, cauce del pasado...