Desesperado persiguiendo sombras en mi delirio pensando que en algún lugar te escondes
Miro al espejo y no encuentro mi rostro
no me reconozco entre tanto sufrimiento
Detrás del manto de insostenible tristeza queda la melancolia arraigada al dolor
Cierro los ojos y aún puedo verte
Creo escucharte, creo sentirte
Mi vida ya se ha vuelto tan indiferente
es que llegué al punto donde no puedo diferenciarla de la muerte
En ambas sobra la oscuridad
permanente