No quiero culparte yo,
por el amor interminable que tengo.
Mis versos llevan tu nombre,
mis lágrimas, tu esencia...
¿Por qué lloro si cuento con tu presencia?
¿Por qué no lloro? ¡Si me acabas de lastimar!
¿Por qué te escribo? Si te tengo a mi lado,
¿por qué hablo si no estás aquí?
Ahora vienes, gran, sin haberte llamado...
¿Por qué te vas? Bien sabes que dejas,
a quien no sabe dejar ir.