AURORA COMPARTIDA
Entre líneas y suspiros de papel,
dos mundos se abrieron como un capítulo fiel.
Tus ojos, faros en mi mar de dudas,
iluminaron versos donde el alma se desnuda.
Cada palabra leída fue un puente invisible:
tu silencio y el mío, diálogo imposible.
En los márgenes blancos de lo no dicho,
creció un jardín de voces, eterno y bendito.
La tinta nos unió sin pedir permiso,
dos extraños, ahora cómplices del mismo hechizo.
Y así, sin prisa, entre páginas y tiempo,
descubrimos que el amor también es un libro abierto.
— LMML.