Emanando aromas y frescura está el Rosal.
Mucha belleza les dan, las coloridas rosas.
Ese jardín, tiene su historia y un triste final.
Es la obra de dos almas airosas y preciosas.
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Nadie pudo adivinar, la magia de este rosal.
Las fragancias de esas flores, era alucinante.
A este hermoso jardín, lo visitaba, un zorzal
El néctar de las rosas, atraían a ese visitante.
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En el hermoso rosal, se citaban, los amantes.
Quiso el destino que, el amante, nunca volviera.
La ausencia de tan gentil Señor, fue delirante.
La moza decía: Señor, sí una vez más, lo viera.
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El dolor se apoderó del alma de esta doncella.
Nada más letal que, el silencio de la promesa.
Solo hubo tristeza, porque, no hubo querella.
No obstante, justo allí, quedó servida la mesa.