Amor, amor, amor, a quien amor
Con qué dulzura me hablas,
esa ternura en tu voz
que me agrada, me da vida,
que ayuda a que comprendamos
lo que queremos los dos.
Es tu voz un manantial
un tanto a la madrugada.
No, no, es mucho más;
es tu voz montaña,
verso infinito,
el universo.
Es un poema hermoso que celebra la conexión y la belleza en la voz del ser amado.