Oigo tus pequeños sonidos,
susurros casi imperceptibles que se mezclan con la lluvia.
Una chimenea, chocolate caliente...
¿Es acaso tu dulce risa la que resuena?
Puedo escuchar tus balbuceos,
imaginar tus ojos, tus manos, tu cabello, tu piel.
Puedo soñar un mundo donde te tengo a ti,
mi pequeña flor, dulce y brillante.
Eres el fruto de mi amor,
mi pequeño rayo de sol.
Te imagino algún día a mi lado.
No sé quién eres, ni cuándo vendrás,
pero aquí te espero, con el alma abierta y el corazón encendido.
Con amor,
tu mami.
- Mel