Venimos solos...
nos vamos solos
No hay espacio en el vacío,
no hay temor para el olvido
La vertiente de la vida es un misterio,
una solaz vigilia en un campo dormido
Tal vez nunca entendamos,
cuál es nuestro tiempo en el vasto universo,
ni comprendamos nunca cuál es el objetivo
de venir a poblar estas calles en el transverso
de los vericuetos del destino
Venimos solos,
desnudos en una verdad incomprensible,
empastados en un pensamiento confuso
Nos vamos solos,
incomprendidos por las soledades cetrinas
de un viaje por las vaguedades del silencio
Quizás alguien nos mostró el camino
para llegar a las puertas de una casa extraña,
que se fue volviendo familiar en el devenir
de nuestros pasos hacia la ascendencia
de las edades... entonces, abrimos los ojos
sin comprender de dónde venimos
No sé si alguien nos conducirá por el desierto
ferruginoso de la nada, de las vastas soledades
No sé si seremos guiados por esa luz brillante
de la misteriosa ilusión de campos florecidos,
de verdes campiñas... quizás abramos los ojos
sin comprender hacia dónde vamos.