No te tengo ni te apena verme oscurecer en las alturas
Mi consuelo es un teatro sin forma
Una rosa en las sombras
Rezumas sangre tras la brisa de un mar soñado
Quieres ahogarme de deseos blandos
Por confiarme demasiado
Tus labios se abren solos como un brillo de inevitable muerte
Me digo y te repito
Recordándome
Frente a un acantilado