William Pérez Mederos

Cuando el amor llega tarde

Hay amores que llegan  

cuando ya no sabes cómo recibirlos. 
Golpean la puerta 
que aprendiste a cerrar por dentro 
y te hablan con palabras 
que hubieran sido milagro 
hace años.

A veces 
es una caricia de quien nunca estuvo, 
una disculpa a destiempo, 
un abrazo que intenta 
reparar los inviernos.

Y uno escucha, 
y sonríe, 
y agradece… 
pero también duele.

Porque el alma 
ya aprendió a vivir sin eso. 
Y aunque lo quiera, 
ya no lo necesita igual.

Cuando el amor llega tarde 
no es culpa suya. 
Solo que la herida cicatrizó torcida, 
y ahora no hay cómo encajar bien 
el gesto, 
la palabra, 
el perdón.

Aun así, 
es amor. 
Y uno lo guarda, 
aunque no sepa dónde ponerlo.