El alma late siempre deseosa
en el silencio donde el viento grita
los anhelos perdidos, la voz infinita.
Sin tener el vínculo que se una,
como un profundo mar que no se acuna
esperando los ojos, la fortaleza.
Las horas se deslizan, pesadas cadenas,
cada tic toc, un rumor de lo que no está,
donde la luna a las lágrimas guián.
Y en esta espera, el tiempo es ladrón,
el corazón cautivo en esta sensación
de un amor que se sueña, que no se irá.
Si tan solo un instante se pudiera robar,
los suspiros, la risa, la luz del ser,
todo el mundo cambiaría de lugar.
Mas, aquí se sigue, entre sombras y anhelos
esperando momentos que el destino dibuja,
que envuelve y que abrigan la bruma.
BelloSentimiento
©Violeta