Franjablanca

HECHOS REALES

No me dio tiempo a volver 

la cara y decir adiós;

al dar la espalda se fue

y nunca más se giró.

 

A veces vuelvo al hotel

donde el sudor nos mezclaba

y creo sentir su piel

en cada roce de almohada.

 

Ayer pasé por el puente

donde colgó aquel candado

sin llave para el presente

porque el mar se lo ha tragado.

 

Lo malo no es mi pasado

de faquir con sus cristales;

peor es que lo narrado

se basa en hechos reales.