Tengo que despertar.
Dos de la mañana, es tarde ya.
Entre verdades,
me asfixio más,
respirar es lo que necesito ya.
Tengo que despertar.
Camino tranquilo por todo mi hogar.
Sin apuros, solo y en paz.
Lástima que es
tan simple y fugaz,
quisiera estar por siempre sin irme jamás.
Tengo que despertar.
Tengo demasiadas cosas por hacer.
Cuando amanezca y muera la noche.
El tiempo pasa
y yo me paralizo,
sin más tiempo para pensar en lo mismo.
Tengo que despertar.
Hey nena, llorá tranquila, ya será mi turno.
Lo haré a oscuras y en un segundo.
Yo ya no sé
si alguna vez
podré cambiar la forma en la que siempre me ves.
Tengo que despertar.
Simplemente no puedo evitarlo.
En cuanto el pulso baja yo ya me olvidé.
Me siento bien,
no voy a negarlo,
aunque no evito preguntarme, ¿Hasta cuándo?
Tengo que despertar.
El ciclo se repite una y otra vez.
Siempre igual, siempre de nuevo.
Si miro dentro
de este abismo,
me la devuelve y me siento perdido.
Tengo que despertar.