¡Chapucero!, le
chirriaron, los
dientes a su madre.
¡Chitón! que achuchaste,
a un chico chistoso y
asador de chicharrones.
Pon la chistorra,
en la mesa
chaparrita de la sala.
Y si oyes el chin-chin,
de las copas, es porque
se puso el chambergo y
no chistó, al ponerse,
la chamarra y se fue
a Chamberí.
(rosi12)