cansancio

el baile de las cicatrices

Dos llamas danzaron sobre una fogata toda la noche,

solía pasar que se volvían uno cuando se acercaban mucho,

un baile eterno

para las dos últimas brasas;

Tales miradas soltaban chispas

 que incendiaron todo a su alrededor y, aun así,

no perturbaron sus descoordinados pasos de baile,

pero las cenizas sí.

Dos llamas danzaron, una fogata agonizó,

los árboles dejaron de cantar y el fuego se durmió,

ahora los pies duelen...