La palabra se rompió y rota se hizo verso, rodando por caminos sin luz clara ni luceros.
Y en tí todo calló, calló el silbido y el verbo y detrás de la palabra no hubo boca ni besos.
El verso se hizo proza y la prosa tejió un cuento, donde la palabra herida mordía dos labios gruesos.
La vida es una senda, donde se pierde el cielo y solo queda la tierra que nos llama en silencio.