A veces no edito,
porque cada verso, me parece un invento.
Indeclinable destino,
del capricho de un encanto femenino...
Y se van al olvido,
del día que no acaba, del poema incompleto,
mentira y juramento,
de mi voz que ya no escribe, en algún momento...
Es lo que yo amo por recuerdo,
un color, el color vago y cierto de mi sueño,
y se me disuelve en el tiempo,
en aquel nunca más, y en todo aquello...
Un amor, que era rosa, que era bello,
de un corazón inquieto,
al que dí un tratamiento mágico y discreto,
que estuvo conmigo a contra sino.