Siente como atempero el corazón,
explora la cadena de vivencias
que forman la razón de mi razón
y son todo el sostén de mi conciencia.
Yo sigo modelando mi locura,
Resumen de vivir la circunstancia.
Padezco la maldad del mal de altura,
negándome la luz de la indulgencia.
Me opongo al surtidor de la tristeza,
reniego de la mera compasión
y espero sea mi flor la que florezca.
Que fluya el rio, no hay sangre ni intención.
iré, otra vez, sin duda, ¡que torpeza!
a repetir mi historia y mi canción.