🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮

Siete días

 

Siete días

Al leer siete días en «Las Mil y una noches»
con los ojos cerúleos y las manos clementes,
no dudé ni un momento que no vi continentes,
sino joyas de antaño sobre fiesta y derroches.

De momento a momento, Sherezade vencía
al sultán que con odio, las mujeres mataba;
y con eco de historias, inquietud le causaba
como un verso imponente que causó una osadía.

Mas por eso las noches resguardaron creencias
del amor verdadero, de déspoticas leyes,
que sultanes hermanos con la gloria de reyes,
desafiaban la muerte sin medir consecuencias.

Es en sí una penuria donde muerte y castigo
le dan vida a la trama que es tragedia, de veras.
Yo no sé si es costumbre reflejar las quimeras,
pero el libro lo dice: «nadie tiene un amigo».

Cada cuento relata capitales pecados,
donde el odio, lujuria, la codicia y la gula
abren puerta y lascivia, la avaricia pulula
y la insidia destruye los rituales sagrados.

Al igual que en la vida se denota perfidia
y se ven claramente tremebundos estragos:
unos pasan los mares, otros siguen por lagos,
conservando en el alma la ponzoña y la envidia.

Al igual la desidia y el desdén pernicioso
se revela con hechos o más bien, aporía.
Por triunfar te hacen menos, eso sí, alevosía
es aquello que mancha como lid vanidosos.

                                 Samuel Dixon