Vivimos en la frescura de un perfume
errante,
cargados de imágenes,
portadores de cántaros vacíos,
del jardín de piedras del olvido
hacia el vasto imperio, airado y
expandido.
Lo que queda a lo largo de los años,
suspiros azulados, violencias calcáreas,
petrificadas y frías,
enorme región de vidas enmudecidas,
crujidos verdes entre los dedos de la
tiza.
Y poco a poco,
casi con miedo,
en un sobresalto de sombra,
aquí, o allá,
quizá apenas un poco a tu lado,
aprendimos la caída del jazmín,
su caída cadenciosa, silenciosa,
pero inevitable ausencia del jazmín.
P.SABAG SAFECREATIVE