Tu voz resuena en el alma
y el recuerdo, me alimenta;
tu sonrisa, está en mis venas,
cuando el viento pasa y canta.
Tu mirada vive anclada,
tus pupilas son muy bellas
y tus ojos, como perlas,
iluminan mis mañanas.
Y tus labios amorosos
dejan siempre más recuerdos
porque se pintan de rojo
como el fruto del cerezo
que al besarlos yo me asombro
porque agitan más mi pecho...