Busqué al amor
por campos y senderos
y no le vi.
Vi muchas flores,
senderos tortuosos,
y hasta poblados.
Busqué el amor
por bosques y ciudades
y algunos ríos.
Y vi a los niños,
personas ya mayores
y muchos jóvenes.
Vi gentes serias
y pocas sonrientes,
como lejanas.
Busqué al amor
gritando bien su nombre,
con insistencia.
Estaba sordo
y no llegó mi voz
hasta su oído.
Y se perdió
mi grito entre las nubes
con un suspiro.
Y me quedé,
temblando, en el silencio,
sin poder verte.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/25