Entre amor y dolor
Voy crispando mis huesos
Amontonado mis lagrimas
De fuego
En la hojarasca de la luna antigua
Pero el amor que entra
En los cristales rotos
Entra por el delgado hilo
De mi sangre
Entra como una ráfaga de luz
De compasión
Como un manto dorado
Que a la aurora despierta
Mojando mi arcilla de carne
Humedeciendo este árido suelo
De mi alma rota de verano