Se acercó un ángel divino,
me iluminó con su luz,
ensueño que fue una cruz
a lo largo del camino;
espejismo cristalino,
diamante oro y azul,
suave seda, fino tul,
que trastocó mi destino;
retornó a su Paraíso,
se llevó mi corazón
y me perdí en un suspiro;
hoy solitario agonizo,
inmerso en la desazón:
triste hacia el cielo yo miro...