Con la tinta de mis tormentas,
fluían las palabras,
estrelladas en un cielo
que llora.
El tiempo —territorio
árido de mi lengua—
es un viento suave y tibio
que perfuma la hierba
que un día fue verde,
y hoy paja frágil
que se rompe
y vuela en mil fragmentos.
Inquietante, el silencio
duerme entre las ramas más altas
de mis sueños...
Y un poema brota
con cada latido de tu alma,
paraíso prometido,
tierno revoloteo
de alas de roja paloma
que bebe de la fuente
de los amores eternos.
P.Sabag, palabras escapándose