William Pérez Mederos

A veces no hay quien te explique

 

 

A veces…  

no hay quien te explique  

por qué el silencio suena tan fuerte  

cuando eres niño,  

ni por qué el abrazo que esperas  

no llega a tiempo,  

ni a diario.

 

Hay cosas que no entiendes,  

y tampoco alguien te dice  

que algún día vas a cargar con ellas.

 

Nadie te cuenta  

que el alma también colecciona cicatrices,  

que hay preguntas que duelen  

más que las respuestas,  

y que hay padres  

que existen sin estar.

 

A veces  

solo miras la puerta…  

una vez, otra vez…  

y nunca se abre.

 

Y tú…  

sigues creciendo sin saber  

si eras el problema,  

si el error eras tú,  

o si el amor viene con horarios.

 

Al final,  

te acostumbras.  

No porque lo entiendas,  

sino porque no queda otra.

 

Y aprendes a vivir con eso,  

como quien convive con una sombra  

que no se va  

aunque ya haya sol.