Estamos en mundos distintos.
El tuyo es recto, el mío está lleno de curvas.
No tengo una sola vía, es un cruce.
Es imposible encontrarnos,
porque en caminos separados vamos.
No estamos hechos el uno para el otro.
Lo que a ti te gusta,
a mí no me favorece.
Es complicado,
yo soy complicada.
Mis pensamientos lo son.
No estoy preparada para el mañana,
pero quiero enfrentarlo.
Quiero hacerlo sola para poder encontrarme, avanzar, seguir y no detenerme nunca más.
Tu camino es de esos que tienen un final.
Sigues esa trayectoria sin dudar.
No puedes salirte del carril,
porque no hay otra calle para avanzar.
Esa diferencia no es crucial,
hasta que te das cuenta
de que a la par dejamos de estar.
Quizás no me entiendas ahora,
porque tus pensamientos están desconcertados.
Piensas demasiado las cosas,
y yo sobre pienso cada una.
No tengo pensamientos,
tengo acusaciones,
tengo falacias y confusiones.
Trato de entenderme,
pero cuando lo intento,
me pierdo.
No me encuentro,
no me comprendo.
Intento distraerme para no pensar,
pero sobre pienso.
No puedo parar,
los pensamientos son maliciosos,
me corrompen cada vez más.
Por eso intento alejarme.