El semáforo despide reflejos de sangre
sobre el asfalto gris de Buenos Aires. Vehículos
ciego polarizados hacen su agosto corriendo hacia
ningún lado. En esa lluvia sempiterna se esconden
historias de amor y de pena. Te propongo refugiarnos
del fervor metropolitano dentro de fantásticos trenes
que vuelan a contramano. Quizás un reino hallemos
donde existir no sea en vano