Carlos Eduardo

G L A C I A L

 

Porque ese invierno caótico

lanzaste rosas como misiles al corazón,

quedé indefenso,

no sé cómo supiste de mis heridas sinfín.

 

He tenido que robarle su corazón al tiempo,

frío;

estoy fuera de mis sueños;

 

tengo otros latidos,

y ella se ha alejado;

 

no hay magia en tal gelidez

ni retorno.