Hay cosas que no puedo expresar con mis palabras.
Cosas inefables.
No podrían mis letras hacerles entender que, a pesar de las heridas,
nada duele.
Que, a pesar de las carencias, lo que tengo a mí me excede.
No he caído en tentaciones, tan humanas, de buscar en afanes de codicia
mis sentires de hombre pleno.
Tal vez se entienda lo que digo, mirando las miradas de mis hijos y mis nietos,
donde se hace tangible lo inefable.