ubik

UMBRAL

La farsa se defiende sola

cuando no es un desvarío de la soledad 

 

escribo con la ceniza sobrante

donde acabo emplatando cigarrillos 

de mi dirección en las nubes 

 

un temblor se devora a sí mismo

así es el el rocío del alma

que hereda el fuego

de la tierra como testamento

de alguien que se aburre 

de sus propias manos 

 

que endulcen mi vigilia 

con la naturaleza congénita 

de su corazón megalítico

 

allí donde la música 

no tenga suficiente silencio

para salirse con la suya 

como el lugar que carece 

de paisaje 

 

un alunizaje cualquiera 

de madreselva 

 

no me abruma cabalgar 

nieblas extintas 

con las que escribir páginas de acebo

 

lejana se despide mi esperanza 

que purgo

de su lumbre umbría